Willem Dafoe llega a la charla con los medios que lo esperan en el Festival Internacional de Cine de Morelia como sino fuera un actor determinante en la historia contemporánea del séptimo arte, es más si se le mira sin curiosidad aparenta un desgarbo y cierta indefensión; pero al momento que toma la palabra y comienza a mover las manos y gesticular es imposible no mirarlo con fijación, pues el colosal actor que lleva dentro aflora y colma la habitación donde se efectúa la charla con cinco representantes de periódicos:
«Hay personajes que al final de la película no sé quienes fueron, nunca los conocí; por el contrario hay personajes que se quedan contigo, los que han sacado algo muy profundo de ti que disparan tu imaginación, con esos me quedo».
Willem Dafoe se encuentra en el Festival Internacional de Cine de Morelia promocionando su reciente película Padre, de la italiana Giada Colagrande, que tuvo su estreno mundial en este certamen.
Sus profundos ojos azules fulguran con la pregunta de cuál ha sido su relación con México: «He estado muchas veces y por razones distintas, crecí en Wisconsin , fue el primer lugar al que me trajeron siendo niño; he filmado dos películas y pronto participaré en la tercera en Real de 14… además en Nueva York y y Los Ángeles es imposible no crecer entre tantos mexicanos y no sentirte vinculado a México, siempre me siento feliz y me encanta trabajar aquí. No tengo suficiente conocimiento de la cultura pero en cuanto aprenda bien italiano la próxima entrevista será en español» .
Lars von Trier, Martin Scorsese, Abel Ferrara, Sam Raimi, son algunos de los grandes directores con quien ha trabajado, se le preguntó con quien se ha sentido mejor, moviendo las manos como si ellas lo auxiliaran en su respuesta, Dafoe respondió: «Todos son distintos, al igual que todos los proyectos, entonces cada vez tengo que reinventar mi proceso, no hay sorpresas sino hay una expectativa clara; cada uno de los directores me han invitado a ser diferentes, distinto cada vez y todas han sido sorpresas. Una vez que quedó muy sorprendido fue cuando trabajó con Werner Herzog, pensó que él sería muy meticuloso, pero su dirección principal fue quejarse todo el tiempo de que Udo Kier tuviera que ser alemán. Todo en mi carrera es una sorpresa».
Luego, aguardando la próxima pregunta, se coloca en su aparente estado de indefensión y dando un sorbo a su café expresso responde con su poderoso tono de voz, que vuelve a llenar la sala: «No estoy en la industria hollywoodense, a veces he querido entrar y no me dejan… estoy bromeando sí estoy pero me gusta pensar que no estoy… En el cine me encantan los actores que desaparecen y no hablo en el sentido de ‘el método’ sino en el de la realidad… he hecho unas cien películas en mi vida y seguramente la mayoría que me ha visto dice ‘ese es el de Spiderman’, pero tengo la ilusión de un día aparezca en un cine y que nadie me asocie con otra película. No me interesa mostrar mis habilidades histriónicas sino ser un actor que cuenta con las habilidades pero que no parezca actor. Si alguien me invita a hacer una película siempre le digo «pásele, bienvenido» .
Dando vuelta al círculo pero en sentido opuesto y mostrando nuevamente el resplandor de sus hondos ojos azules agrega: «La sensación de actuar es distinta en cada ocasión, cuando a los actores nos quitan la cámara, el disfraz o el diálogo, siempre el personaje se nos vuelve a meter nuevamente, porque las entrañas no se salen, a medida que me he hecho mayor el personaje se me queda como incrustado más tiempo.
No hay final, nunca se acaba… algunas veces me dicen ‘le diste en el clavo’ o ‘tu personaje te salió perfecto’, claro que no, eso no existe.
Sus abismales ojos azules vuelven a mantenerse en estado de quietud y apurando el café, menciona sin el fulgor anterior: «Me encantan las películas de acción, colgarte por los aires y chocar coches, me gusta; pero para que mi carrera avance, hago películas pequeñas todos el tiempo, cuando alguien me reconoce en una película le dan click a Apple TV y le salen mis demás trabajos, eso entabla una relación con la audiencia pero ahí no están las películas pequeñas, así que lo que también busco son películas con recursos, de estudio, que tengan un buen estreno para seguir manteniendo esa base de personas que están interesadas en mi trabajo. También me interesan las películas personales y que no son productos de industria» .
Fuente: La Jornada