Cientos de inmigrantes con maletas y otros bultos con sus pertenencias hacían fila el lunes en un hangar a las afueras de Calais para ser reubicados, al inicio del operativo del Gobierno francés para despejar el campamento improvisado conocido como ‘La Jungla’.
Los primeros autobuses partieron una hora después de que los trabajadores de inmigración comenzaron la operación.
Policías armados se distribuían por todas las instalaciones y a lo largo del poblado, después de una noche en la que pequeños grupos de inmigrantes quemaron baños portátiles y tiraron piedras a las fuerzas de seguridad en protesta por los planes de desmantelar el campo.
El Gobierno socialista dice que está cerrando el campo, que acoge a 6 mil 500 inmigrantes que han huido de la guerra y la pobreza, por razones humanitarias.
El portavoz del Ministerio del Interior francés, Pierre-Henry Brandet, dijo que las autoridades no habían tenido necesidad de recurrir al uso de la fuerza y que la amplia presencia policial el lunes en el campamento era solo por razones de seguridad.
Muchos de los inmigrantes y refugiados han llegado de países como Afganistán, Siria y Eritrea y su intención era alcanzar Reino Unido, que rechaza a la mayoría en base a la normativa de la Unión Europea que requiere que pidan asilo en el primer país europeo al que llegan.
No obstante, desde el comienzo de la operación permanece incierto el futuro de mil 300 inmigrantes menores no acompañados.
Están en marcha conversaciones con Reino Unido sobre quién debería hacerse cargo de los menores sin vínculos familiares con el país británico, señaló el portavoz, que añadió que unos 200 se marcharon a Reino Unido la semana pasada.
Trabajadores sociales reparten bolsas con provisiones básicas y folletos que explican la burocracia a la que se tendrán que enfrentar.
Los inmigrantes serán separados por familias, adultos, menores no acompañados y personas vulnerables, incluidas personas mayores y mujeres solas.
FUENTE: excelsior.com.mx