En su primer fin de semana, el Festival Internacional de Arte y Cultura Quimera 2016, complació al público infantil con música, teatro guiñol y leyendas, que tuvieron como prioridad rescatar las raíces mexicanas y hacerlas perdurables en las nuevas generaciones.
Con 25 años de trayectoria, los integrantes del grupo Son de la Ciudad, son pa’ los escuintles, deleitó al público de las Escalinatas de Calvario con canciones de su último material discográfico “Vamos a jugar”, en el que invitaron a la gente a recordar los viejos tiempos, compartiendo el agradable momento con los papás y los abuelos.
En un ambiente lleno de lírica infantil a la mexicana, con instrumentos acústicos tradicionales del país como vihuela, jarana, requinto, acordeón, violín y tambores, los artistas hicieron cantar y bailar al público, además de lucir vestuario que se utiliza en comunidades de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Nayarit.
De igual forma, presentaron el tema “no sé qué hacel” de su próximo álbum, canción que habla del uso del celular y con el que se identificaron los padres de familia al tiempo que coreaban la letra.
En la Plaza Benito Juárez, Teteu Arte, de León, Guanajuato, sorprendió a chicos y grandes con “Leyendas de Brujas Latinoamericanas”, proyecto de gran interés para su autora, toda vez que considera importante la figura femenina como cosmovisión en Latinoamericana, inclinado a lo místico.
Historias como La Nahuala de Costa Chica, que es una bruja de Guerrero, una bruja venezolana y la bruja caníbal de Veracruz, cerca de Jalapa, fueron representadas con técnicas de títeres y música prehispánica; espectáculo que presentaron después de un año de trabajo de investigación.
La presentación tuvo por objetivo, rescatar los sones característicos y las tradiciones orales y sonoras, para que las niñas y los niños, junto con sus familias, conozcan sus raíces.
Otro de los grupos que hizo bailar a los pequeños, fue La Botarga, que presentó distintos ritmos con una gran respuesta.
Félix Bailón Salgado, líder del grupo, expresó que ésta fue la segunda ocasión que participó en Quimera y que la gente disfrutó en su totalidad: “venir a los festivales, desde que son niños es fundamental, porque conoces las bellas artes de manera profesional. El público infantil es el más agradecido y más exigente, a un niño no le puedes mentir”.