Los desechos tóxicos de la contaminación del tráfico pueden, literalmente, llegar al cerebro, así lo confirma la evidencia presentada en un estudio realizado en muestras de tejido cerebral, de personas que habían vivido y muerto en la Ciudad de México.
Para el estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), los científicos analizaron muestras de tejido cerebral de 37 personas: 29 de ellas, de entre 3 y 85 años, que habían vivido y muerto en la Ciudad de México, una zona notoriamente contaminada.
Los investigadores de la Universidad de Lancaster, Inglaterra, descubrieron que pequeñas partículas de metal que se desprenden de los gases de escape de la combustión pueden introducirse por la nariz y viajar hasta el cerebro humano.
Una vez allí, sugieren los científicos, pueden causar daños en el cerebro y contribuir, por ejemplo, a la enfermedad de Alzheimer. El hallazgo, afirman los investigadores, presenta una nueva serie de preguntas sobre los riesgos de la contaminación ambiental en la salud.
Ésta es la primera vez que una investigación se centra en el efecto de los contaminantes en el cerebro.
Las otras ocho personas habían vivido en Manchester, Inglaterra, tenían entre 62 y 92 años, y algunos habían muerto a causa de enfermedades neurodegenerativas de diversos grados de gravedad.
“Fue muy impactante”, le dijo la profesora Barbara Maher, principal autora del estudio, a la BBC.
“Es la primera vez que vemos estas partículas de contaminación dentro del cerebro humano. Es un hallazgo que plantea toda una nueva área de investigación para entender si estas partículas de magnetita están causando o acelerando enfermedades neurodegenerativas”, agregó.
Sin embargo, el estudio no mostró resultados concluyentes al respecto.
Con información de BBC