El 22 de septiembre del año pasado, autoridades del Instituto Mexicano Americano de Relaciones Culturales (IMARC) le negaron el acceso a sus instalaciones a Axan, un pequeño de cuatro años al que le gusta llevar el cabello largo . Le condicionaron permitirle regresar, siempre y cuando se cortara el cabello.
¿Cómo explicarle a un niño de esa edad que su derecho a educación depende de un estereotipo de género?, decía la madre de Axan. Estre hecho, motivó a la madre a publicar una petición en change.org para decir “no” a los estereotipos de género, misma que se viralizó rápidamente, generando opiniones divididas.
El proceso duró ocho meses y finalmente, la sentencia se dio a conocer. En ella se afirma que los estereotipos de género vulneran los derechos humanos cuando una connotación negativa segrega o excluye al otro. Además, se deja claro que las instituciones educativas, públicas o privadas condicionan los derechos humanos desde el momento en que prohíben a los niños llevar el cabello largo en sus reglamentos.
De acuerdo con CONAPRED, la escuela deberá pagar 96 mil 239 pesos por daños y adaptarse a las normas de la Constitución Mexicana.