Debido a que es una enfermedad que no hace ruido, según datos de la Fundación Mexicana del Riñón, en México hay al menos 8.3 millones de personas con insuficiencia renal leve y 642 mil pacientes que reciben tratamiento mediante diálisis.
Actualmente, según reporta el INEGI, la insuficiencia renal crónica ocupa la décima causa de mortandad entre los mexicanos y por ello, tomando en cuenta la gran cantidad de pacientes que se encuentran en la sala de diálisis, este padecimiento avanza y se encuentra al borde de una epidemia.
La Fundación Mexicana del Riñón revela también que por lo menos 9 mil 200 esperan un riñón, por lo que para poder salvar la vida de los pacientes se requieren de al menos 5 mil riñones por año.
Datos indican que México se encuentra en el lugar número 12 a nivel mundial con más pacientes atacados por la insuficiencia renal y para poder hacer frente a este mal es que se necesitarían dichas donaciones al año, lo que implica un reto que quizás resulte imposible.
A ello, se suman los grandes costos que tienen que pagar los pacientes, pues según estimaciones, un enfermo gastaría entre 60 y 100 mil pesos al mes en tratamientos y, si logrará conseguir un riñón, tendría que desembolsar hasta 300 mil pesos en la cirugía, sin contar con los medicamentos que de por vida debería adquirir.
Al respecto, el exdirector del Instituto Materno Infantil del Estado de México (IMIEM), Eduardo Chavez Enríquez, explicó que la insuficiencia renal es la incapacidad de los riñones para fabricar orina y esta ataca desde niños, jóvenes y adultos.
«La causas pueden ser en niños desde malformaciones congénitas y en adultos la mala dieta que genera obesidad y después diabetes e hipertensión arterial, que terminan generando este mal», agregó.
Explicó que hay dos tipos de insuficiencia renal que son la aguda y la crónica-terminal; «en los años 80 hasta una diarrea generaba en los niños una insuficiencia renal aguda, pero se curaba, ese no era problema, sin embargo hoy día la insuficiencia renal crónica es el problema», agregó.
Ante ello, el médico cirujano pediatra recomendó a la población en general a acudir al médico dos veces al año y realizarse estudios de laboratorio para saber cómo funciona el riñón, bajarle al consumo de la sal y carbohidratos.
«Algo que es muy importante para evitar este tipo de enfermedad es no automedicarse, pues la gran mayoría de los analgésicos y antiinflamatorios pueden generar daños renales, de hecho muchos antibióticos son nefrotóxicos y pueden propiciar daños al riñón», finalizó.
Fuente: El Sol de Toluca